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La música que hay en este disco puede servir de refugio en cada una de las emociones que se viven alrededor del amor.
Con la variedad que implica ese mar de sensaciones, la manera que María Cristina encuentra para plasmarlo es con un abanico de ritmos e influencias musicales que viajan por toda Latinoamérica y que pueden transportar de un lado a otro a quién quiera que lo escuche.
Este disco representa un homenaje a la música latinoamericana, a todas esas canciones y a todos esos artistas que le cantan al amor y al desamor desde las raíces.
María Cristina toma estas canciones y las hace suyas a través de un formato íntimo en el que su voz, su guitarra y su interpretación son lo único necesario para darle a estas canciones una nueva alma y un nuevo corazón.
Este es el primer disco de María Cristina como solista. Es un disco que respira aires folclóricos latinoamericanos marcados por letras sencillas, escuetas y cotidianas, apostándole a una fusión de sonidos tradicionales con un aire renovador, lo que logra llevar a quien escucha a revivir momentos y viajar a distintos lugares, a cantarle al amor, acariciándolo con los colores de los distintos rincones de Latinoamérica.
No nos hacemos responsables de los efectos secundarios de abrir esta caja. Al abrirla asumes además el riesgo de quedar adicto de por vida a su contenido.